La cantidad de energía que empleamos cada día para cocinar, desplazarnos o como parte de nuestro ocio, pero también la que desperdiciamos innecesariamente, se traduce en un impacto directo tanto en nuestra economía como en el medio ambiente. Las llamadas por parte de grupos ecologistas, empresas y partidos políticos para que hagamos un mejor uso de la energía han impregnado nuestra vida cotidiana. Hoy hablamos de eficiencia energética y ahorro de energía.
Eficiencia y ahorro, distintas pero aliadas
La eficiencia energética y el ahorro de energía hacen referencia a dos aspectos distintos. Pero los dos contribuyen, sobre todo si los ponemos en práctica a la vez, a que ahorremos en la factura y a que cuidemos mejor del medio ambiente.
Por un lado, la eficiencia energética es lo opuesto a malgastar energía. Es decir, usar menos energía para completar una determinada tarea o acción, como, por ejemplo, calentar nuestra casa, enfriar nuestros alimentos o iluminar un cuarto, que anteriormente requería más energía.
La eficiencia energética depende del desarrollo de tecnologías más modernas, como es el caso de la bombilla LED. Las bombillas incandescentes de toda la vida desperdician casi el 90% de la energía que requieren para su funcionamiento al convertirla en calor. En cambio, las bombillas LED modernas de bajo consumo emplean casi toda la energía en producir aquello para lo que las necesitamos: luz. Del mismo modo, sustituir nuestros viejos electrodomésticos (lavadoras, frigoríficos, televisores) por versiones más actuales pueden ayudarnos a reducir drásticamente el consumo de energía en nuestro hogar.
También influye en la eficiencia energética de nuestro hogar la forma y materiales de construcción empleados. Una vivienda eficiente cuenta, entre otras cosas, con paredes, techos, puertas y ventanas con un buen aislamiento térmico, está bien orientada y cuenta con medios para generar su propia energía limpia y renovable, como paneles solares.
El ahorro de energía implica cambiar nuestros hábitos
Por otro lado, cuando hablamos de ahorrar o conservar energía, hablamos sobre todo de cambiar comportamientos humanos cotidianos. Por ejemplo, apagar las luces cuando salimos de una habitación, desenchufar cargadores que no se estén usando o regular el termostato a una temperatura no muy alta.
En algunos casos, este ahorro de energía puede exigirnos un cierto grado de sacrificio o de menor comodidad, como por ejemplo renunciar o reducir el uso del horno como forma de cocinar. En esto estriba la principal diferencia con la eficiencia energética, que nos permite mantener la misma cantidad o calidad de producción empleando menos energía. En lugar de evitar el horneado de alimentos, la eficiencia energética implicaría instalar un horno de bajo consumo que requiera menos energía que uno convencional e incluso que otras formas de cocción.
¿Por qué es importante la eficiencia energética?
Existen cuatro motivos principales por los que debemos prestar cada vez más atención al papel que representa la eficiencia energética en las actividades que desarrollamos.
En primer lugar, porque la eficiencia energética tiene un impacto directo beneficioso sobre el medio ambiente. Hasta que no se extienda suficientemente el uso de energías renovables y limpias, cuanta más energía usemos, más emisiones de dióxido de carbono y otros contaminantes nocivos bombeamos a la atmósfera. Estas emisiones son causante del cambio climático. Por tanto, si queremos dejar un mundo mejor a las generaciones futuras, la eficiencia energética es parte de la solución.
En segundo lugar, la eficiencia energética ayuda al bienestar mundial y social. En la actualidad, la economía mundial depende para funcionar en gran medida de combustibles fósiles como el petróleo, el carbón y el gas. A medida que estos recursos escasean, su coste aumenta y más dificultades encontramos para dar cobertura a todas las necesidades del país. Esto se traduce en crisis internacionales por los recursos, pobreza energética en amplios sectores de la población y sobrecargas en las redes eléctricas. La eficiencia energética forma parte de las herramientas a nuestra disposición para hacer un uso más racional y justo de la energía de la que dispone la sociedad.
En tercer lugar, la eficiencia energética genera puestos de trabajo. Según el primer informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), el sector de las energías renovables podría contar con 42 millones de puestos de trabajo en todo el mundo en 2050, cuatro veces más que en la actualidad. En el ámbito de la eficiencia energética, el empleo crecería desde los 6 millones de empleos actuales hasta los 21 millones. Estos trabajos de eficiencia energética suelen desempeñarlos pequeñas empresas locales, lo que redunda en comunidades locales fuertes gracias a que brinda oportunidades laborales seguras y bien remuneradas a sus vecinos y vecinas.
Por último, la eficiencia energética también es beneficiosa para tu bolsillo. Nadie quiere emplear más dinero del estrictamente necesario en afrontar el gasto de calefacción, luz o agua caliente. También en este aspecto tiene sentido ser eficiente energéticamente. Al reducir el consumo de energía en nuestro hogar, nuestra factura de electricidad será más baja y dispondremos de más dinero para emplear en otras cosas.
Tu casa puede ser más eficiente energéticamente con la instalación de placas solares. Producirás tu propia energía y lo harás a coste cero a partir de una fuente inagotable como es el sol. En Tictacsolar queremos trabajar contigo para que puedas beneficiarte de todas las ventajas de la generación de energía solar en tu hogar.